"El hombre es un ser social por naturaleza" es una frase del filósofo Aristóteles (384-322, a. de C.) para constatar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida, ya que necesitamos de los otros para sobrevivir.
El aislamiento resta eficacia a la respuesta defensiva de nuestro organismo y, por ello, las personas que están solas ven mermadas la producción de anticuerpos y son más propensas a contraer enfermedades virales.
La soledad puede provocar una respuesta negativa del sistema endocrino y está ligada a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o cáncer. Incluso está demostrado que quienes viven solos presentan un mayor riesgo de morir prematuramente.
Poder contar con alguien, tener con quién desahogarnos o a quién llamar, especialmente en momentos complicados, es fundamental para salir adelante. Como se explicó en este artículo de Doctología: Las personas somos seres sociales y necesitamos de otras personas, a veces desarrollamos un concepto equivocado y sobrevalorado de la independencia y la autonomía personal, olvidando que todos, en algún momento, somos dependientes de otras personas.
Para trabajar en casa es necesario fijar tanto horarios de trabajo como zonas específicas. Así se podrán crear rutinas diarias cuidando que no se convine el aspecto trabajo/hogar. Personas que están acostumbradas a trabajar desde casa afirman que es importante tener un área designada para trabajar, ya que si se trabaja en zonas donde comúnmente se descansa o se relaciona con la familia, puede que llegue un momento donde relacione estos espacios con el trabajo y como consecuencia no logre descansar.
Referencias:
Promoción del trabajo final:
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