Desde que empezó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, han habido muchas propuestas de proyectos que se quieren realizar en México. Uno de los que más ruido han hecho en los últimos meses es El Tren Maya. Ha sido un tema lleno de polémica, desde la parte social, turística, ambiental, económica y política.
Proyectos del Sexenio:
Grandes obras de infraestructura consumen buena parte del presupuesto del sector público, y este sexenio está con la polémica en temas como el aeropuerto, ferrocarriles y refinerías. Lo importante, en todo caso, es que los proyectos se hagan con bases técnicas y transparencia en los procesos, y que sirvan al desarrollo del país.
Ignacio García de Presno, socio líder de Servicios de Asesoría en Infraestructura de la consultora KPMG en México, explica que la planeación, preparación y financiamiento son claves y que los proyectos deberían integrarse a un diseño de país, puesto que en la mayoría de los casos su desarrollo y beneficios se extenderán más allá de un sexenio.
Para asegurar su continuidad deben ser aceptadas socialmente, porque en otro caso se vuelven frágiles y vulnerables. “Es importante disociar la agenda técnica y estratégica de la agenda política. Estas iniciativas deberían enfocarse en las necesidades de las industrias y la sociedad, con objetivos racionales y sostenibles. De otro modo se repetirán las obras que no se terminan o quedarán rezagadas porque no reciben suficientes recursos para crecer o actualizarse”, dice García de Presno.
Estudios técnicos, consenso, fondos y transparencia serán claves para determinar el destino de los proyectos. El aeropuerto con dos pistas de Santa Lucía y la modernización de la red aeroportuaria del Valle de México (el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el de Toluca), tienen un presupuesto de 18,000 mdp en 2019.
El proyecto costaría más de 70,000 mdp, parte de los cuales serían aportados por inversionistas y operadores privados. La construcción tomaría dos años, pero las cifras definitivas se darán a conocer una vez que se realicen los estudios técnicos y financieros de la obra.
El Tren Maya, que servirá para detonar el desarrollo del sureste, tendrá una extensión de 1,525 kilómetros, 15 estaciones, y un costo estimado de entre 120,000 y 150,000 mdp, con inversión mixta. El plan inicial contempla utilizar locomotoras biodiesel híbridas de bajas emisiones, con una velocidad máxima de 168 km/hora.
El Tren Maya:
El principal objetivo es el bienestar social de los habitantes de la Zona Maya. Conectará las principales ciudades y circuitos turísticos de la región para integrar territorios de gran riqueza natural y cultural al desarrollo turístico, ambiental y social en la región.
El Tren Maya es un proyecto que inició su construcción desde el año pasado con el fin de que sea un transporte colectivo de pasajeros a través de la Península de Yucatán. La tan anhelada obra tendrá aproximadamente 1,460 kilómetros de vías, donde el convoy pasará por estados como: Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. De acuerdo con el gobierno de AMLO, el tren moderno tendrá al menos 18 estaciones.
Partes Arqueológicas:
Las zonas por donde correrá el tren maya (Yucatán, Campeche, Tabasco, Quinta Roo y Chiapas) cuentan con vastos vestigios arqueológicos ubicados en la zona trazada de su posible recorrido. En total, el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos de México tiene inscritos 1,709 vestigios localizados a lo largo de la ruta del tren maya.
Video:https://www.eluniversal.com.mx/nacion/amlo-tren-maya-no-afecta-medio-ambiente-ni-despoja-de-tierras
Además de los vestigios arqueológicos, hay 24 cenotes que también podrían verse afectados con la construcción de este nuevo proyecto promovido por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El INAH evaluará y clasificará los restos por orden de relevancia, y determinará si podrían moverse para evitar la modificación de la ruta del tren planeada.
Diversas organizaciones han alertado sobre los posibles efectos negativos que esta iniciativa podría tener en una zona de riquezas arqueológicas.
Además de los vestigios arqueológicos, hay 24 cenotes que también podrían verse afectados con la construcción de este nuevo proyecto promovido por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El INAH evaluará y clasificará los restos por orden de relevancia, y determinará si podrían moverse para evitar la modificación de la ruta del tren planeada.
Diversas organizaciones han alertado sobre los posibles efectos negativos que esta iniciativa podría tener en una zona de riquezas arqueológicas.
Últimas Actualizaciones:
Por un monto de $18,553,738,338.84, se le adjudicó la obra a Operadora CICSA, de Slim, asociada con FCC Construcción; iniciarán los trabajos del Tramo 2 Escárcega-Calkiní el 12 de mayo.
Organizaciones sociales denunciaron que “Juzgados de Distrito del Poder Judicial de la Federación con sede en Campeche y Yucatán, respectivamente, han impedido el derecho al acceso a la justicia de personas y comunidades que se ven amenazadas por distintas acciones y omisiones de autoridades en el marco de la construcción del proyecto denominado ‘Tren Maya'”.
“Denunciamos que en dos ocasiones distintas se ha visto obstaculizado el acceso a la justicia en casos urgentes, lo cual advierte que la administración de la Justicia Federal no está siendo eficaz”, sostienen.
Aseguraron que “la pandemia no es excusa para que se suspendan los contrapesos constitucionales como lo es el Poder Judicial. Sobre todo porque en una democracia incluso durante una crisis de salubridad como esta es necesario que las autoridades se apeguen a la Constitución de la nación. Lo mismo ocurre frente a megaproyectos del Poder Ejecutivo que afecten los derechos de las personas. El Poder Judicial no puede ser ni omiso, ni condescendiente, sino garante de que lo que dice nuestra Carta Magna se cumpla. Descuidar ese papel implicaría estarle dando a las autoridades de los otros poderes un aval para hacer lo que deseen y, en el caso concreto del Tren Maya, podría interpretarse como una sumisión a un proyecto impulsado desde el ejecutivo“.
Video “Las vías torcidas del tren maya” por Proceso
El proyecto del Tren Maya cada día sigue siendo menos rentable. Los empleos que va a generar este proyecto serán temporales. La inversión a la estructura detona economía, pero de manera temporal. Cuando acabe el proyecto, esta economía también acabará y los contratistas serán los que se beneficien más que la región misma.
Si llega a completarse el proyecto, lo más probable es que no haya un beneficio como el que se prometió. El Tren no hace falta. Desde el punto de vista turístico sólo se necesitaría un tramo entre Cancún- Tulum y entre Cancún-Chichen Itza, ya que fuera de estos tramos lo único que se mueve es carbón. Además la zona necesita generar demanda y posicionamiento para que el turismo aumente. Actualmente no hay fondos para promover el turismo de la región y que el tren exista no es un factor que tenga que ver con eso, sería solamente un servicio más en el destino turístico.
Otra de las razones por las que este proyecto no debería realizarse es por el impacto ambiental que puede generar. Se van a talar demasiados arboles para la construcción, la fauna será diezmada porque su hábitat será destruido. Los recursos acuíferos serán afectados de manera nefasta. El suelo de la península no esta hecho para un proyecto como este. Lo más probable es que haya muchos derrumbes y los cenotes serán dañados.
El Tren Maya es un despropósito total. No se le ve factibilidad concreta, o un plan de desarrollo a largo plazo claro, y tampoco está basado en datos reales de la economía de la región.
Referencias:
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